El 31% de las personas que han comprado casa en los últimos diez años han tenido algún problema con ella, según una encuesta de la Asociación de Consumidores de Navarra Irache. Este dato supone que este tipo de problemas han crecido seis puntos respecto al anterior sondeo, cuando el 25% de los encuestados había tenido algún problema.
El mayor número de conflictos para los que han adquirido una vivienda tiene que ver con los defectos de construcción, que suponen el 18%. El 7% ha sufrido problemas vecinales y un 3% se ha encontrado con que el tamaño de la vivienda no era el esperado.
Humedades, grietas, parqués levantados, materiales de baja calidad
De entre los defectos de construcción, los problemas más habituales suelen deberse a remates mal acabados o sin terminar, fisuras, parquets que se levantan o se abren… Meses después de la entrega suelen formularse reclamaciones por humedades, generalmente en trasteros o garajes, aunque en ocasiones también en viviendas, como consecuencia de problemas en alguna conducción. Si se está dentro del plazo, deben comunicarse estos defectos a la empresa promotora. Sin embargo, son frecuentes las personas que han tenido que recurrir a Irache para que la promotora se haga cargo de la reparación de estos defectos.
También se reciben reclamaciones porque en la construcción de la vivienda se han utilizado materiales de menor calidad a los que estaban contemplados en la memoria de calidades.
Plazos de uno, tres o diez años según el tipo de defecto constructivo
Los plazos de responsabilidad se establecen en períodos de uno, tres y diez años, en función de los diversos daños que puedan aparecer en los edificios. Así, los agentes que intervienen en el proceso de edificación de la vivienda responden:
a) Durante diez años, de los daños materiales causados en el edificio por vicios o defectos que afecten a la cimentación, los soportes, las vigas, los forjados, los muros de carga u otros elementos estructurales, y que comprometan directamente la resistencia mecánica y la estabilidad del edificio.
b) Durante tres años, de los daños materiales causados en el edificio por vicios o defectos de los elementos constructivos o de las instalaciones que ocasionen el incumplimiento de los requisitos de habitabilidad.
El constructor también responderá de los daños materiales por vicios o defectos de ejecución que afecten a elementos de terminación o acabado de las obras dentro del plazo de un año.
Hay que reclamar el defecto antes de que transcurran dos años desde su aparición
En todos los casos, el consumidor tiene dos años para reclamar un defecto desde que lo detecta y conviene hacerlo por escrito y de forma fehaciente, a través de burofax con acuse de recibo y certificación de texto.
Enviar la reclamación por escrito de forma fehaciente
Es conveniente enviar las reclamaciones por escrito y de forma fehaciente -por ejemplo, mediante burofax con acuse de recibo y certificación de texto, que deja constancia del contenido de la comunicación-. En primer lugar, es recomendable dirigirlas al promotor, aunque en función del caso puede ser aconsejable también remitir la reclamación al constructor, al arquitecto, al aparejador…
Es recomendable realizar la comunicación incluso cuando sepamos que ésta no va a ser atendida, ya que puede ser fundamental si se quiere llevar el problema a los tribunales.
Las obras a realizar, causa de problemas vecinales
Han subido igualmente los problemas entre vecinos, que, si el año pasado suponían un 4% de los conflictos entre los que han comprado vivienda, en esta última encuesta suponen el 7%. Han aumentado los casos de vecinos que no pagan las cuotas de comunidad y también se dan conflictos por problemas de convivencia, fundamentalmente por ruidos.
Los de entre 30 a 45 años, los que más problemas sufren con su nueva vivienda
Según la encuesta encargada por Irache, las personas de 30 a 45 años son los que en mayor medida han comprado vivienda en los últimos diez años -47%- y los mayores de 65 años los que menos lo han hecho -11%-. Además, de los que han comprado vivienda, son los de 30 a 45 años los que han sufrido más problemas en la vivienda -40%-, sobre todo defectos de construcción, que el resto de grupos de edad.
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