El 35% de las personas que han comprado vivienda en los últimos diez años -23% del total de los encuestados- han tenido algún problema relacionado con ella, una proporción que ha ido subiendo desde 2009, según revela una encuesta encargada por la Asociación de Consumidores de Navarra Irache.
Son los de 30 a 45 años los que en mayor porcentaje han comprado vivienda en la última década, un 44%, y los que menos lo han hecho son los de 18 a 29 años, un 2%. De las personas que tienen entre los 46 y los 65 años, han comprado un 21% y de los mayores de 65, un 10%.
Humedades, lo más habitual
La mayor parte de los problemas tienen que ver con defectos de construcción -27%-. Los más habituales suelen ser las humedades en paredes y techos. En general, se suele tratar de fugas de agua en alguna conducción o problemas de condensación. Si se dan en los tres años siguientes a la fecha de recepción de la obra, la promotora debería hacerse cargo.
Sin embargo, son frecuentes los casos en que los propietarios han tenido que recurrir a Irache para que la promotora o constructora pague facturas de hasta 600 euros al fontanero que ha tenido que contratar el consumidor por su cuenta, ya que ésta no se hizo cargo cuando le fue comunicado el problema y la reparación no podía esperar, a riesgo de que los daños fuesen a más.
Determinar de dónde provienen las grietas
Tampoco es extraño encontrarse con grietas en las paredes o parqués levantados o irregulares en casas recién entregadas. Si han pasado más de tres años, en ocasiones la promotora no paga porque dice que son problemas de habitabilidad y que ha pasado el plazo. Entonces, el consumidor se puede ver obligado a que un peritaje determine que se trata de problemas estructurales y que, por tanto, cuenta con diez años para que la promotora los arregle.
Otro caso repetido son problemas en la vivienda porque se han utilizado materiales de menor calidad y más baratos de los que estaban contemplados en la memoria de calidades del proyecto de construcción.
Plazos de uno, tres o diez años según el tipo de defecto constructivo
Tras la entrega de una vivienda, el vendedor deberá responder de los defectos de terminación y acabado de las obras, como hendiduras, golpes o diferencias de color, producidos dentro del año a partir de la fecha en que se entregó la vivienda. En cuanto a las humedades, problemas de aislamiento u otros defectos que afecten a la habitabilidad, el promotor deberá responder por ellos siempre que se produzcan dentro de los tres primeros años desde la entrega.
Por último, el plazo es diez años para los errores que afecten a los elementos estructurales que comprometan la resistencia y la estabilidad del edificio. Además, en estos casos la promotora debe contar con un seguro decenal que cubra estos problemas. Este recurso puede ser útil cuando la promotora ha quebrado, ya que en este caso el consumidor puede dirigirse a la aseguradora.
Comunicar el defecto antes de que transcurran dos años desde su aparición
En todos los casos, el consumidor tiene dos años para reclamar un defecto desde que lo detecta. Estos plazos afectan a aquellos edificios cuya licencia de obras se hubiese obtenido con posterioridad al 5 de mayo de 2000.
Enviar la reclamación por escrito de forma fehaciente
Es conveniente enviar las reclamaciones por escrito y de forma fehaciente -por ejemplo, mediante burofax o telegrama, que hacen constar el contenido de la comunicación o, en su defecto, mediante correo certificado con acuse de recibo-. En primer lugar, es recomendable dirigirlas al promotor, aunque en muchos casos puede ser aconsejable también remitir la reclamación al constructor, al arquitecto, al aparejador… Si no se puede determinar el grado de responsabilidad de uno u otro, responderán de forma solidaria.
Es recomendable realizar la comunicación incluso cuando sepamos que ésta no va a ser atendida, ya que puede ser fundamental si se quiere llevar el problema a los tribunales y demostrar que ésta se efectuó dentro del plazo legal.
Problemas con los vecinos y con el tamaño de la vivienda
Además de los defectos de construcción, un 9% de las personas que han comprado casa en la última década han sufrido problemas vecinales. Los más habituales suelen ser las consultas sobre el procedimiento a seguir con vecinos morosos, la obligación de pagar obras en el edificio y las mayorías necesarias para llevarlas a cabo, instalación de ascensor, posibilidad de instalar toldos o cerramientos en las fachadas o problemas de convivencia, uso de espacios comunes o ruidos.
A un 2% de los compradores, por su parte, la vivienda se le ha quedado pequeña.