El 42% de las personas desconfían de comprar un coche de segunda mano, según indica una encuesta encargada por la Asociación de Consumidores de Navarra Irache. Uno de cada cuatro dice que sí se fía si conoce al vendedor, el 20% si conoce el concesionario y el 13% si el coche es de un familiar o amigo.
El 14% de los participantes en la encuesta tiene pensado comprar un coche y, concretamente, un 6% piensa en adquirir un vehículo de segunda mano, un porcentaje que sube hasta el 20% entre los menores de treinta años. Lo cierto es que en Irache se recibe a muchos compradores de coches usados que tienen problemas con el vehículo.
El problema más habitual es que el coche, pasado meses, semanas o nada más cogerlo, presenta problemas mecánicos que, según dice el comprador, no debería tener. El afectado entiende que es el vendedor el que tiene que hacerse cargo de la reparación pertinente. Sin embargo, no es extraño que éste niegue su responsabilidad y afirme que el daño se ha producido con posterioridad a la venta o que es algo normal por el uso y kilómetros que presentaba el coche cuando se traspasó.
Algunos consumidores cometen el error de no firmar contrato
En todos los casos, habrá que acudir al contrato de compra venta firmado -muchos compradores cometen el error de no firmar ninguno- para ver qué información del vehículos se ha aportado. A partir de ahí, los derechos del comprador varían si se ha adquirido a un concesionario o a un particular.
Si la venta se ha realizado en un establecimiento, la garantía es de dos años, aunque las partes pueden reducirla a un año en el contrato, una práctica habitual. Eso sí, a partir del sexto mes será el consumidor el que tendrá que demostrar que la avería se debía a un defecto del vehículo que ya existía en el momento de la compra.
Entre particulares, seis meses para deshacer la compra y un año para una rebaja en el precio
Por el contrario, en las ventas entre particulares realizadas en Navarra que cuenten con vicios ocultos el comprador dispone de seis meses para deshacer la compra -si el problema lo justifica- y de un año para reclamar una rebaja en el precio del vehículo.
Hay que tener en cuenta que no es sencillo demostrar la existencia de un vicio oculto, puesto que debe ser un desperfecto que ya existía en el momento de la transacción y que no estuviera a la vista del comprador, por lo que habitualmente, para demostrarlo, hay que solicitar un informe pericial. Por ello, cuanto más tiempo pasa tras la adquisición es más difícil para el comprador hacer valer sus derechos. Si se quiere llegar a la vía judicial, hay que añadir la dificultad de que, a falta de otro criterio pactado, la demanda deberá ponerse en el domicilio del demandado.
Encargar informe antes de la compra
Para evitar sorpresas desagradables, es recomendable que antes de comprar un coche de segunda mano se encargue un informe técnico exhaustivo a un profesional independiente, que refleje el estado real del vehículo. Esta es la única forma de asegurarse que el coche está en las condiciones ofrecidas por el propietario del vehículo y no llevarse posteriormente desagradables sorpresas, que en algún caso han llegado a costar al comprador miles de euros.
Las situaciones que se dan en estas ventas son de lo más variadas. En ocasiones, al poco de comprar el vehículo, el conductor nota que hay problemas con el motor del vehículo y al llevarlo al taller le dicen que la reparación no bajará de cuatrocientos euros. O descubre que al vehículo le toca cambiar la correa de distribución, una reparación que no costará menos de seiscientos euros y que no fue mencionada por el vendedor.
Otras veces hay que cambiar las cuatro ruedas porque están demasiado desgastadas o surgen problemas con inyectores y válvulas.
Trucan el cuentakilómetros para aumentar el valor de venta
Una de las estafas más habituales en estas ventas es trucar el cuentakilómetros para que parezca que el coche está menos desgastado y aumente su valor. Ya ha habido sentencias que han condenado a algún concesionario por esta cuestión.
En ocasiones, los afectados descubren los problemas del vehículo cuando lo llevan a pasar la ITV y los técnicos le informan de los defectos que debe arreglar si quiere circular con su vehículo.
Otras veces, las menos, los problemas se deben a los accesorios del coche, como unos elevalunas defectuosos o una radio que no funciona. Son situaciones en las que el comprador rara vez repara a la hora de comprar el coche pero que finalmente suponen un gasto añadido con el que no se contaba.
Revisar el libro de mantenimiento, asegurarse del estado del vehículo
En cualquier caso, antes de comprar un coche de segunda mano, nunca está de más revisar el libro de mantenimiento y la tarjeta de inspección técnica, donde se podrá comprobar las revisiones efectuadas y las características del vehículo.
Como pauta general, el comprador no debe dejarse apremiar por el vendedor y tomarse el tiempo necesario hasta asegurarse de que el estado del coche es el adecuado. El contrato de compra venta debe plasmar de la forma más precisa posible las características y el estado del vehículo.
Por otro lado, conviene asegurarse de que se hacen todos los trámites necesarios para el cambio de titularidad del vehículo, pactar quién correrá con estos gastos y conservar los datos de contacto del vendedor.