Nuestra asociada había entregado en concepto de entrada 18.000 euros para la compra de una nueva vivienda. Debido a circunstancias de fuerza mayor no pudó finalmente adquirirla. La promotora a raíz de su renuncia se quería quedar con el 30% por una cláusula incluida en el contrato. Desde «Irache» estudiamos el contrato y observamos que se trataba de una cláusula abusiva al incluir únicamente está obligación al consumidor y no incluir una contraprestación si la promotora se echaba atrás. El promotor aceptó la devolución integra del dinero.
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