Nuestro asociado sufrió una grave caída con importantes repercusiones en la rodilla. Como consecuencia del accidente, estuvo de baja una larga temporada. Nuestro asociado disponía de un seguro de accidentes personal que cubría estas contingencias, por lo que solicitó al seguro una indemnización. El seguro se negó a pagar, porque no se le había comunicado que en ese momento el consumidor estaba en paro y prejubilado, y que por lo tanto habían variado las condiciones existentes cuando se firmó la póliza. A raíz de nuestras gestiones y tras examinar el contenido de la póliza se logró que le abonasen inicialmente, por los tres meses que había permanecido incapacitado, 1.300 euros. Posteriormente y a través de un informe realizado por su médico de la Seguridad Social se logró que el importe correspondiese a cuatro meses, e incluso a unas secuelas que le habían quedado pendientes, ascendiendo la indemnización en total a 4.200 euros.