Un joven aficionado a los videojuegos compró por internet un volante y unos pedales para poder jugar a uno de sus juegos favoritos con el mayor realismo posible. Nuestro asociado efectuó el pedido por internet y realizó una transferencia bancaria de doscientos euros. Los días pasaban y no recibía en su domicilio ni el volante ni los pedales, así que decidió remitir varios correos electrónicos a la empresa vendedora, con el fin de que le dieran alguna explicación al retraso. La empresa vendedora no contestó a ninguno de sus correos, por lo que nuestro asociado comenzó a intranquilizarse.
Además, observó que en algunos foros de internet muchos consumidores contaban que habían tenido problemas con esa empresa y denunciaban su mal funcionamiento. Finalmente, nuestro asociado acudió a Irache desde donde efectuamos una reclamación por escrito a la empresa vendedora. Además, recomendamos al consumidor que acudiera a la Policía y formulara una denuncia contra ella. Apenas unos días más tarde, la empresa devolvió al consumidor los doscientos euros que había entregado al efectuar el pedido.