Un asociado solicitó en agosto la baja del contrato de tarifa plana de internet que tenía con una compañía y cuyo gasto era de quince euros al mes. En noviembre, al revisar sus cuentas, se percató de que le habían cobrado 419 euros, aunque no había llegado ninguna factura a su domicilio. El afectado contactó con la compañía, desde donde le respondieron que el dinero facturado correspondía a conexiones a internet desde su terminal Black Berry, que fue facilitada por la empresa cuando, meses atrás, esta persona se había dado de alta. Sin embargo, al contestar el afectado que él no había efectuado ninguna conexión en estos meses, le comentaron que el cobro podía deberse a un error en el teléfono. El afectado contactó con Irache, desde donde se exigió la devolución del importe y finalmente la empresa accedió a devolver todo el dinero.