Pedro tuvo una fuga de agua que afectó a la cocina de su casa. Dio parte al seguro, que envió al perito, y tras unos días le enviaron una oferta por más de 3.300 euros. A Pedro le pareció suficiente y llamó a la compañía para que le hiciesen el abono, ya que quería aprovechar las obras para realizar alguna reforma más, ya que la cocina tenía bastantes años y estaba pensando mejorarla. Sin embargo, la aseguradora le dijo que tenía que hacerlo con el fontanero que iban a enviar ellos.
Pedro acudió a Irache, desde donde se contactó con la compañía, se adjuntó la oferta de indemnización que habían hecho y se recordó que la aseguradora tiene que pagar los daños y el consumidor tiene libertad para elegir el profesional que considere oportuno. Tras esta comunicación, la compañía abonó los 3.300 euros, que aprovechó Pedro para, pagando algo más, reparar los daños y reformar su cocina con una empresa que conocía.
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