Un comercial visitó en su puesto de trabajo a una socia de Irache y le vendió un curso de inglés. Nuestra asociada hizo un pago inicial y se comprometió a pagar unas cuotas mensuales y le entregaron el curso de inglés. Sin embargo, días más tarde se lo pensó mejor y decidió devolver el curso, pero entonces la empresa no aceptó la devolución, alegando que la había efectuado fuerza del plazo de siete días establecido legalmente para revocar la compra. Nuestra socia desconocía la existencia del plazo por lo que acudió a nuestra asociación.
En Irache se comprobamos que el contrato si incluía este plazo pero lo hacía en letra pequeña, con un tamaño de apenas un milímetro. La ley exige que esté en caracteres destacados. Además, el contrato tampoco cumplía con la exigencia legal de estar fechado y firmado de puño y letra por el consumidor. Se efectuó la consiguiente reclamación y la empresa aceptó la devolución del curso.