El 65% de los ciudadanos no sabe si tiene un contrato de la luz regulado en el mercado libre, según una encuesta encargada por la Asociación de Consumidores de Navarra Irache.
Por zonas de residencia, el desconocimiento es mayor entre los que viven fuera de la Comarca de Pamplona, en localidades de menos de 5.000 habitantes -71%-.
De las personas que sí saben la respuesta, un 22% tiene una tarifa de mercado libre y un 13% de precio voluntario al pequeño consumidor. Respecto a hace dos años, se observa un crecimiento de las contrataciones en el mercado libre -5 puntos más-.
Más de dos mil consultas y reclamaciones
En la Asociación se han recibido más de 2.000 consultas y reclamaciones por temas de contratación de la luz en lo que va de año.
En el mercado regulado, los precios de la energía son públicos mientras que en el mercado libre el precio y las condiciones las marcan lo pactado libremente entre empresa y consumidor. Por ello, antes de firmar cualquier contrato, es fundamental pedir todas las condiciones por escrito y estudiarlas detenidamente.
En la factura se puede apreciar si se está en el mercado libre o regulado
Desde la liberalización del mercado de la luz, en 2009, los consumidores pueden suscribir contratos libres con las comercializadoras. Si no lo hacen, continúan en la tarifa regulada. Si es así, en el nombre de la compañía, situado en la parte superior del recibo, debe constar que es “comercializador de referencia” y en los datos del contrato tiene que señalar que el tipo de contrato es PVPC (Precio Voluntario al Pequeño Consumidor). Pese a que los últimos datos indican una subida del recibo regulado del 2% respecto al año pasado, esta tarifa sigue siendo muy competitiva.
Si, por el contrario la tarifa es del mercado libre, en la parte superior de la factura constará el nombre de la empresa pero no pondrá “comercializador de referencia” y en datos del contrato no aparecerá mención al PVPC.
Muchos consumidores no saben que ya se han pasado al mercado libre
Hay muchos consumidores, sobre todo los que han suscrito los contratos con comerciales que han acudido a su domicilio, que ni siquiera saben que se han pasado al mercado libre. Y, si lo saben, ignoran las condiciones que han acordado con la compañía de la que ahora son clientes.
Otras personas han acudido a la Asociación porque al acudir a un punto de información de su compañía eléctrica y querer pasarse del mercado libre al regulado, han tenido dificultades para hacerlo, pese a que tienen derecho a hacerlo.
Diferencias de hasta trescientos euros al año, según contrato
En función de las condiciones pactadas, el importe del recibo del suministro de luz puede ser muy diferente. Según el comparador de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia, para un hogar con potencia de 3,30 kW y consumo anual estimado de 3.000 kWh, las diferencias de coste pueden llegar a los 255 euros.
De hecho, muchas personas acuden a Irache porque creen que las facturas eléctricas son demasiado caras. En este sentido, lo primero que hay que hacer es localizar el contrato y fijarse en que los precios acordados por consumo de energía y por potencia se han aplicado correctamente.
Servicios adicionales que pueden costar más de cien euros
Además del precio por potencia y por consumo de energía, otra cuestión que aumenta el coste en los contratos del mercado libre es la inclusión de servicios adicionales. Se trata de servicios de mantenimiento, de urgencias o de protección de datos, por ejemplo. El comercial los incluye en el paquete ofrecido y, aunque el cliente no siempre los necesita, puede que le supongan encarecimientos de la factura de más de cien euros al año, un encarecimiento que el consumidor con mucha frecuencia no comprende porque ni tan siquiera sabe que ha contratado estos servicios.
Además de todo ello, cuando algunos consumidores solicitan la baja del suministro de energía, no se les cancelan, los servicios adicionales y se les siguen facturando, pese a que una reciente modificación legislativa obliga a ello.
Los descuentos suelen ser temporales y afectan solo a una parte del recibo
Es importante que el posible cliente estudie detenidamente los descuentos que se promocionan. Habitualmente afectan solo a un concepto a facturar, como el consumo o la potencia, representan sólo una parte del recibo y, además suelen ofrecerse con la obligación de contratar algún servicio adicional que, como se ha indicado, puede superar cien euros al año. Por ello, lo más importante es que el consumidor valore el coste global de la contratación y los servicios que va a obtener por este precio.
Hay personas que acuden a Irache porque dicen que no se ha producido la lectura del consumo o ésta no es correcta. De forma ordinaria, la factura debe corresponder a una lectura real del consumo. A las personas que ya cuentan con contador ‘inteligente’ se les puede facturar la luz en función del precio de la energía, que va cambiando cada hora según la demanda mayorista. Si el consumidor considera que hay un error en el contador, puede solicitar la verificación a la Administración.
Estudiar las necesidades de la vivienda
La potencia marca la energía máxima que necesita un hogar en un momento dado. Pero hay muchos hogares que tienen contratada una potencia mayor de la necesaria, lo que sube el coste de la factura. Por ello, es muy conveniente saber qué electrodomésticos se ponen en funcionamiento a la vez y qué potencia se necesita -e incluso adecuar el consumo- para contratar la potencia que realmente haga falta y no pagar de más por ello.
De hecho, cuanto más claro tenga el consumidor sus necesidades y cuanta más información previa tenga, contará con más garantías para firmar un contrato adecuado a sus necesidades.
Es necesaria una información más clara y un mayor control
Es evidente, como muestra el hecho de que el 65% de los navarros no sepa si tiene contrato regulado o libre, que el funcionamiento del sector eléctrico no resulta sencillo de entender para la ciudadanía. Por ello, se requiere un esfuerzo mayor por parte de las compañías. Deben ofrecer toda la información necesaria, de forma transparente y comprensible para el ciudadano de a pie. En este sentido, debería efectuarse un mayor control, especialmente de las visitas de agentes comerciales a domicilio y de las contrataciones telefónicas.