Un buen día llamaron por teléfono a casa de José Antonio y Mª Dolores. Era una persona muy simpática y educada, que les preguntó por sus facturas de luz y gas, para hacer unas comprobaciones, según les dijo. Les pidió sus datos y finalmente, les comunicó que podía bajarles el precio cincuenta euros al mes. No se fiaron y le dijeron que no les interesaba.
La factura había cambiado de nombre
Sin embargo, al mes siguiente vieron que la factura había cambiado de nombre de empresa. Como no entendían nada, acudieron a Irache. Tras solicitar el contrato, les dieron uno en el que aparecía una imitación de la firma de José Antonio.
Inmediata cancelación
Se hizo una reclamación en la que se indicó la gravedad de la práctica de la empresa y se exigió la inmediata cancelación del contrato.
Tras ello, la comercializadora se disculpó y dijo que se había tratado de una confusión entre dos contratos: facilitó la vuelta de los consumidores al contrato anterior y devolvió los importes cobrados hasta este momento.
Prácticas abusivas
Lamentablemente, se siguen dando prácticas abusivas para la contratación de la luz y el gas, especialmente por teléfono. El consumidor en ocasiones ha aceptado otras condiciones, otras veces ni siquiera ha accedido a contratar nada y en algunas incluso aparece un contrato con una supuesta firma, que el consumidor nunca estampó. Estas malas prácticas suponen para muchos consumidores cientos de euros de más. Debemos reclamarlas y denunciarlas.
Pautas si te llaman comerciales
No aceptes ofertas por teléfono, di a todo que no.
No des tus datos ni facilites facturas.
Si te interesa, pide que te envíen la oferta por escrito.
Revisa tus cuentas para asegurarte de que no te han dado alta sin tu consentimiento.