La Asociación de Consumidores de Navarra Irache advierte sobre visitas que están realizando comerciales de luz en diversas localidades navarras. En las últimas semanas vecinos de Marcilla, Aoiz, Estella, Berrioplano, Lodosa, Leitza, Pamplona o Lesaka han acudido a oficinas gestionadas por Irache porque han recibido en sus casas a empleados de compañías de luz o gas y, en muchas ocasiones, han suscrito contratos que no comprenden.
Según una encuesta encargada por la Asociación, el 48% de los ciudadanos navarros ha recibido alguna visita de comerciales de luz en su domicilio y casi la mitad de los encuestados -46%- tiene una opinión “en general mala” de los comerciales. Además, un 48% de los consumidores no comprende su factura de luz.
Argumentos curiosos y falsos
Los argumentos que utilizan los comerciales para convencer a las personas para firmar un nuevo contrato son de lo más variados y en algunos casos, sin dejar de ser curiosos, no responden a la realidad. Así, por ejemplo, algunos comerciales dicen que lo que pretenden solo es domiciliar la facturación en Navarra para ahorrar costes; otros dicen que con el nuevo método de facturación la compañía del consumidor le ha cobrado de más y que ellos van a regularizar sus recibos para que le devuelvan los importes; y otros, que la tarifa regulada va a desaparecer y que el cliente puede quedarse sin luz si no firma un contrato libre.
Algunos consumidores sólo acuden a la Asociación con una solicitud de domiciliación bancaria de la compañía ya que no tienen ningún contrato escrito y cuentan cómo el comercial les convenció para realizar una llamada telefónica y contratar de esta manera el suministro. Otras personas denuncian que el contrato no incluye las condiciones que les prometió el comercial si no otras menos beneficiosas o que, por ejemplo, están marcados servicios adicionales que el consumidor no había señalado.
Los servicios vinculados suponen en algunos contratos 120 euros anuales
En buena parte de estas visitas los consumidores acaban suscribiendo contratos de luz sin comprender qué significan o a qué les comprometen. Muchos de estos contratos cuentan con servicios adicionales, como los de mantenimiento, urgencias o protección de pagos. Muchas personas acuden a Irache al recibir las primeras facturas y afirman que desconocían haber contratado estos servicios, por los que pueden acabar pagando 120 euros al año, sin entrar a valorar su conveniencia o calidad.
Además, algunas compañías, aun cuando el consumidor ha dado de baja el suministro, siguen facturando estos servicios vinculados, que suelen tener una duración anual y que las empresas sostienen que son independientes del suministro. Aunque el consumidor solicite explícitamente la baja de estos servicios, probablemente tendrá que pagar lo que queda por cumplir del año que contrató.
Ofrecen descuentos que sólo se refieren a una parte menor de la factura
Los desacuerdos más habituales tienen que ver también con las tarifas que se les está cobrando por el suministro y con que el descuento anunciado no es el que el consumidor entendió. En muchas ocasiones, aseguran que se les aseguró un descuento total que en realidad corresponde a una rebaja menor, que se suele aplicar al coste de la potencia o del consumo energético de la factura.
Se suelen ofrecer igualmente descuentos u ofertas gratuitas en algunos de los servicios adicionales. Sin embargo, estas promociones tienen una duración limitada de varios meses y a partir de entonces el consumidor tendrá que pagar su coste íntegramente.
Los peajes de acceso afectan a todos los contratos
Pese a que las compañías destacan que los precios que ofrecen son fijos e inamovibles, el consumidor debe saber que hay otros factores como los peajes de acceso o los impuestos que tienen que ser aprobados por la Administración y que afectan por igual a todos los contratos, ya sean regulados o del mercado libre.
Irache aconseja fijarse en el precio del kilovatio de potencia, del kilovatio hora de consumo y de los servicios vinculados
A la hora de contratar el suministro de luz, es muy conveniente que el consumidor, en primer lugar, calcule la potencia que puede necesitar, es decir, qué electrodomésticos va a tener funcionando a la vez en casa en un momento de máximo uso. Cuanto menor es el tramo de potencia contratada, menor es el precio que se paga por ella.
En segundo lugar, es fundamental que los consumidores presten especial atención al precio del kilovatio de potencia contratada y al precio de kilovatio hora de energía consumida. Estos dos conceptos marcan la variación fundamental en el precio de la factura.
El otro coste que puede suponer un encarecimiento en el recibo eléctrico es el de los servicios vinculados. Conviene fijarse cuáles incluye el contrato, valorar los servicios que suponen y el precio y ver si su contratación es opcional.