Cada vez son más los consumidores que se animan a realizar alguna compra a través de internet: billetes de avión, libros, artículos deportivos, cámaras de fotos e incluso vehículos, son comprados y vendidos a través de la red, en muchas ocasiones sin adoptar unas mínimas medidas de seguridad. A veces, por ser demasiado confiado se paga un precio excesivamente alto: por ejemplo, en IRACHE hemos atendido a consumidores que adquirieron productos por internet (como por ejemplo, ordenadores o mobiliario del hogar), han pagado los productos y tras varios meses de espera, no sólo no han recibido lo que pagaron, sino que el vendedor ha desaparecido. En otros casos, el artículo que se compra no responde a lo realmente ofertado en la página web, como en el caso de un consumidor que adquirió un coche de lujo tras verlo anunciado en Internet y finalmente no incluía la mayor parte de los «extras» que le habían asegurado tenía el vehículo. El vehículo además tenía problemas mecánicos y la empresa vendedora, al igual que en los casos anteriores, ha desaparecido.
Identificar al vendedor
En las compras por Internet el consumidor debe conocer con quién está negociando: la identidad del proveedor, dirección de uno de los establecimientos, inscripción en algún registro público… La mayoría de los consumidores desconfiaríamos de un desconocido que en plena calle nos ofreciera una cámara de fotos, por ejemplo, a un módico precio, como nueva. Pero en cambio, muchos consumidores todavía siguen comprando por internet a pesar de que sólo conocen del vendedor su número de móvil o un número de cuenta en el que ingresar el dinero. Hay que desconfiar de aquellas webs que no permiten conocer con quién se está contratando.
Conocer los términos, condiciones y coste de la compra
La ley obliga al vendedor a mostrar el precio de cada producto claramente y sin ambigüedades. Debe especificarse claramente el importe de los gastos de desplazamientos, tributos, etc. si los hubiere. El consumidor debe estar atento y comprobar exactamente las características del producto que está adquiriendo, imprimiéndolas si es preciso para poder reclamar en caso de incumplimiento.
Una de las quejas más frecuentes que se plantean con las compras por la red viene motivadas por la insatisfacción del consumidor al comprobar que el artículo adquirido no se corresponde con el ofertado. Por ejemplo, como dato curioso, se encuentra el de un consumidor que se abonó a un servicio de internet creyendo que podría ver los partidos de fútbol de su equipo favorito, cuando realmente sólo ofrecían entrevistas y estadísticas.
No renunciar al derecho de revocación
El legislador, consciente de los riesgos que supone la contratación a través de Internet, ha reconocido la posibilidad de los consumidores de revocar las compras realizadas, aunque existen algunas excepciones. El comprador dispone de un plazo de 7 días para desistir del contrato, sin necesidad de justificación o causa alguna. El plazo se cuenta desde que se recibe el bien en el domicilio o desde la fecha de celebración del contrato si lo que se ha contratado es un servicio.
Asimismo, tiene derecho a resolver el contrato y, en su caso, a una indemnización de daños y perjuicios en caso de que el profesional o empresario no ejecute el contrato en el plazo pactado por las partes, o en el subsidiario de treinta días desde la comunicación del pedido.
Evite en la medida de lo posible el pago con tarjetas por adelantado
Al tratarse de una compra a distancia, procure evitar el pago con tarjeta adelantado, y trate de pagar siempre contrareembolso. No es en absoluto recomendable enviar datos bancarios a través del correo electrónico salvo que el mensaje pueda cifrarse en algún sistema seguro. En caso de que el pago del precio por internet se efectúe mediante el uso de una tarjeta, el titular que haya visto indebida o fraudulentamente cargada en una de las suyas un pago que no le corresponde, podrá exigir su inmediata anulación y el pertinente reabono al vendedor de los bienes o al prestador de los servicios que haya efectuado el cargo.