La Asociación de Consumidores de Navarra Irache denuncia la política de algunas marcas de reducir el contenido de alimento en sus formatos a la venta, una práctica que puede camuflar el encarecimiento de los productos.
En los últimos meses varios productos expuestos en supermercados han reducido el contenido de sus formatos, sin haber bajado el precio de forma proporcional. De esta manera, se ha producido un encarecimiento del producto, que los productores han intentado disimular con la rebaja de la cantidad por unidad de producto a la venta.
La apariencia del formato es la misma
Hay que tener en cuenta que la apariencia del formato en el escaparate sigue siendo la misma o muy similar, por lo que muchos consumidores no han reparado en que están comprando menos cantidad de producto.
Además, esta reducción, generalmente en formatos no muy grandes, no es fácilmente apreciable a simple vista. Por tanto, para que el consumidor final pueda darse cuenta del cambio tiene que leer detenidamente el etiquetado y fijarse en la cantidad de contenido que tiene el formato y compararla con la anterior. Como es de suponer, muchos consumidores no llevan a cabo esta práctica.
En alimentos de consumo cotidiano
Sin darnos cuenta, los consumidores estamos pagando más por el mismo producto. Esta práctica, conocida popularmente como reduflación, trata de esconder ante los ciudadanos el encarecimiento de algunos productos.
Hasta un 15% menos de producto
Se ha dado en alimentos de todo tipo y de consumo cotidiano, como yogures, pasta, margarina, papillas para bebés, charcutería o detergente. Ahora estamos pagando el mismo dinero cuando nos están dando un 5%, 10%, 12% o hasta un 15% menos de producto que antes.
Práctica engañosa para el consumidor
Esta práctica, aunque no es ilegal, no deja de ser engañosa para el consumidor, que ve en la estantería el mismo producto, con la misma apariencia y al mismo precio. Sin embargo, está pagando más. Por ello, es necesario que, a la hora de medir y controlar la inflación de los alimentos, también se verifique que las cantidades tampoco varían o en qué medida lo hacen para poder calcular el coste real que paga el ciudadano por cada alimento.
Leer el etiquetado para ver la cantidad de alimento
En cuanto al consumidor, recomendamos que se detenga a leer el etiquetado de los productos que vaya a comprar para verificar que no han reducido la cantidad aunque la apariencia del formato sea el mismo y, al mismo tiempo, pueda comparar con otras marcas en función del coste real del alimento.
Miramos más los precios y comparamos marcas
Esta reduflación se produce en un contexto de escalada de precios en la alimentación: la inflación interanual de los precios supera el 10%. Según una encuesta de Irache, ante la subida de los precios, el 54% de los consumidores mira más los precios que antes, el 24% compara los establecimientos, el 20% planifica más sus compras, un 11% ordena la comida en casa para aprovecharla al máximo y el 10% mira la fecha de caducidad.