La Asociación de Consumidores de Navarra Irache cree necesario adaptar el mercado de vivienda a las necesidades reales de los consumidores. En este sentido, cree que deberían redoblarse los esfuerzos y propone una serie de medidas para conseguir este objetivo.
Conocer la demanda real y los motivos de las renuncias
Como paso previo y necesario, se debe conocer la demanda real de la ciudadanía y las necesidades concretas y posibilidades económicas de los posibles adquirientes de vivienda. Para ello, deberían realizarse estudios serios y detallados para conseguir que la oferta se adecúe lo mejor posible a la demanda y se optimice el número de viviendas construidas para conseguir el mayor porcentaje de ocupación posible.
En este sentido, sería necesario analizar las razones de las renuncias a vivienda protegida. El año pasado 255 adjudicatarios rechazaron la VPO o no llegaron a firmar el contrato de compra-venta, lo que supone cuadriplicar las renuncias registradas hace apenas dos años. Sin duda, es necesario examinar las razones que llevaron a estas personas a no quedarse con la vivienda concedida y extraer las conclusiones pertinentes.
Más ofertas de viviendas protegidas en alquiler
Debería incrementarse la oferta de viviendas protegidas en régimen de alquiler con derecho a compra. Según las últimas encuestas encargadas por esta Asociación, el 67% de los ciudadanos creen que el alquiler puede ser una solución para el acceso a la vivienda pero el 82% considera que las rentas son caras. Por ello, el arrendamiento de viviendas protegidas podría ofrecer una vivienda a un precio mensual asumible y con la posibilidad de adquirirlo en propiedad más adelante para no perder de esta forma todo el dinero que se ha ido pagando en concepto de alquiler.
Que el tamaño de la vivienda se adecue a las necesidades de los adjudicatarios
Otra pauta a tener en cuenta sería adaptar el tamaño de las viviendas a las necesidades que tienen los ciudadanos. La media de la superficie de las viviendas es de setenta u ochenta metros cuando hay muchas parejas o familias que se adaptarían mejor -teniendo en cuenta el coste del metro cuadrado- a inmuebles de cincuenta o sesenta metros. No tiene sentido que se concedan pisos de 120 metros a personas que viven solas.
Agilizar el cambio de vivienda si aumenta el número de miembros de la unidad familiar
Junto a ello, tendría que implantarse un sistema que agilizase el cambio de vivienda por necesidades familiares. De esta manera, si aumenta el número de miembros de la unidad familiar y ésta requiere más espacio, se podría cambiar de piso en un corto plazo de tiempo.
La administración debe facilitar que los bancos concedan préstamos
La administración debería negociar con las entidades financieras para que éstas concedan préstamos hipotecarios con más facilidad de tal manera que el ciudadano medio, y especialmente los más jóvenes, puedan contar con recursos económicos para adquirir una vivienda. No tiene sentido que se concedan viviendas de protección pública si luego no hay entidades que ofrezcan financiación para que los ciudadanos puedan acceder a ellas.
Elegir la zona donde se ubica la vivienda, el promotor para fomentar la competitividad y mejorar la calidad de las viviendas
Por último, los ciudadanos deberían tener derecho a elegir la zona de Pamplona o Comarca donde se ubica la vivienda, y el promotor que va a llevar adelante la construcción de su piso. De esta manera, se podría alentar la competitividad entre las promotoras de tal manera que, con el fin de asegurarse compradores, tendrían que ofrecer mejores condiciones en la calidad de la construcción, la ubicación, los materiales o la rapidez de los plazos de entrega, por ejemplo, lo que repercutiría en una mejora de las viviendas de los consumidores.