La Asociación de Consumidores de Navarra Irache ha recibido en los últimos meses decenas de reclamaciones por defectos en viviendas nuevas. Buena parte de ellas proceden de barrios de nueva construcción, como Erripagaina o, sobre todo, Lezkairu.
Sobre todo, defectos de acabado
Generalmente, se trata de problemas de acabado. Por ejemplo, encimeras de cocina con manchas o mal instaladas, puertas que no cierran bien, juntas de baño rotas, mamparas mal colocadas, extractores que no funcionan, faltas de tomas de luz o espejos rayados.
También ha habido casos por se han quejado por ventanas que no aíslan bien y en las que se genera vaho, entra agua cuando llueve o en las que algún cristal está sucio o quemado, trasteros en los que hay filtraciones de agua o materiales usados en la vivienda y electrodomésticos que no responden a la memoria de calidades. En algunos casos los defectos se han dado en toda la promoción, por lo que la comunidad de vecinos se ha unido para reclamar el arreglo.
Sin constancia por escrito de la queja
Como se ha indicado, los más habituales son problemas de acabado. Muchos de los afectados ya informaron de los defectos a la constructora o promotora, si bien en la mayor parte de las veces lo hicieron por teléfono. En el mejor de los casos, dejaron constancia por escrito en la visita realizada antes de la entrega de las llaves o incluso algunos se dirigieron por correo electrónico a la promotora o constructora.
Semanas o meses sin que se arregle
En algunas ocasiones la constructora soluciona el problema con agilidad. Pero otras veces contesta a los afectados que arreglará el problema, pero pasan semanas o meses y nadie va a solucionarlo. Por eso los afectados acuden a Irache, para que se reclame una reparación de los defectos.
Viviendas en nuevas promociones, algunas de más de 350.000 euros
Como se ha indicado, se trata de viviendas de promociones en zonas de expansión inmobiliaria y cuyo precio, en algunos casos, superaba los 350.000 euros. Si bien no se trata de defectos que supongan mucho dinero, sí que los afectados se muestran molestos por ellos y quieren que la constructora se los arregle y deje la vivienda en las condiciones pactadas.
Documentar cuanto antes el defecto
En estos casos es muy importante documentar cuanto antes el defecto -mediante fotografías, por ejemplo, aunque, según su importancia, puede ser necesario un informe pericial- y reclamar su solución cuanto antes de forma fehaciente. Es clave poder demostrar posteriormente que se hizo la reclamación en plazo. Por eso, no es conveniente conformarse con dejar una queja verbal o telefónica.
Un año para los defectos de acabado
En viviendas nuevas, el constructor debe responder por los defectos de acabado durante un año desde la recepción de la obra, según marca la Ley de Ordenación de la Edificación. En este punto se incluyen buena parte de los defectos que se han indicado, como rayaduras en encimeras, falta de pintura, defectos de acabado, roces, soldaduras deficientes…
Tres años para problemas de aislamiento o humedades
Por su parte, en los primeros tres años los responsables deben responder por los defectos que tengan que ver con la habitabilidad de la vivienda, como la salubridad y estanqueidad del inmueble, la protección contra el ruido o el aislamiento térmico. En este plazo pueden entrar problemas de humedades en techos o paredes o de aislamiento en puertas o ventadas, por ejemplo.
Diez años para defectos estructurales
El plazo es mayor, de diez años, cuando se trata de defectos que afecten a la cimentación, soportes, vigas u otros elementos estructurales y que afecten a la resistencia mecánica y estabilidad del edificio.
Dos años desde el defecto para llevarlo a juicio
Las acciones para exigir judicialmente estas responsabilidades en la entrega de pisos nuevos prescriben en el plazo de dos años desde que se producen los daños, plazo que cabe interrumpir con nuevas notificaciones. Por eso, es importante que el consumidor comunique de forma fehaciente el defecto cuanto antes, para poder demostrar que este surgió dentro el plazo marcado por la ley. A partir de ahí, si no responden a su reclamación, tendría dos años para realizar una nueva notificación o llevarlo a los tribunales.
Arreglar por su cuenta tiene sus riesgos
Algunas personas, ante la falta de respuesta por parte de la promotora o la constructora, optan por arreglar por su cuenta los defectos, como es comprensible. En estos casos se corre el riesgo de que la constructora, cuando se le pase la factura y se le reclame el pago, niegue el defecto o diga que el coste del arreglo ha sido excesivo. Para poder exigir el pago con más garantías, es importante conservar los documentos que acrediten la existencia del defecto, la reclamación de su reparación y la factura del trabajo finalmente contratado.