Un asociado viajó a Mallorca a una competición de natación con aletas. Además, de la maleta en la que llevaba el equipaje para su estancia en la isla, llevaba otro bolso en la que transportaba una monoaleta Monofin, instrumento específico para este deporte, con su correspondiente funda. Tras la competición, en el viaje de vuelta el bolso con la monoaleta no apareció en el aeropuerto. El asociado rellenó el correspondiente Parte de Irregularidad de Equipaje pero la maleta no apareció. Dado que era un artículo que en su momento –la compra se había efectuado dos años atrás- había costado 390 euros, reclamó una compensación a la compañía de vuelos, que no contestó. Acudió a Irache, desde donde se comprobó que el consumidor tenía contratado un seguro de viaje que cubría incidentes con el equipaje. Se reclamó a la aseguradora y le dieron 150 euros, tal y como estipulaba la póliza por pérdida de material.